Dar por terminada la transmisión de televisión analógica y entrar de lleno a la digital es una política que se está aplicando en todo el mundo y tiene ventajas; entre otras, libera espectro utilizable para diversos servicios de banda ancha y abre la arena para la competencia.
Por mandato constitucional, el apagón analógico en México está programado para el 31 de diciembre de este año; sin embargo, algunos legisladores, entre ellos el panista Javier Lozano —presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes en el Senado— se han pronunciado por retrasarlo al argumentar que millones de personas se quedarían sin señal al no tener condiciones para recibir la señal digital.
Errores en la operación del “apagón analógico” en Monterrey, medida que estaba prevista para aplicarse el 24 de septiembre último en esa ciudad, dieron pie a que la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT), y en especial el presidente del Grupo Televisa, Emilio Azcárraga Jean, emprendieran una campaña mediática y un intenso cabildeo legislativo para postergar la fecha límite –el próximo 31 de diciembre–, establecida en el artículo 5 transitorio de la reforma constitucional en telecomunicaciones, para ordenar el cese de las transmisiones analógicas de televisión y realizar el “encendido digital”.
Extrapolando la cifra de 16% de la población sin acceso a la señal televisiva –analógica ni digital–, Azcárraga afirmó que más de 7 millones de mexicanos no podrían ver televisión.
Sin duda que TELEVISA, como siempre, quiere llevar agua, y mucha, a su molino. Con la posposición del apagón analógico TELEVISA tendría un año de ventaja sobre los planes de inicio, crecimiento y expansión de Cadena 3, la nueva frecuencia que ganó Grupo Imagen de Olegario Vázquez Aldir, en la pasada licitación del IFETEL y que es la esperanza de muchos televidentes de que se inicie una verdadera etapa de competencia en la calidad de los contenidos de la TV abierta.
Pero TELEVISA trata de imponer desde ahora condiciones al gobierno peñista para entrar al reparto publicitario político mayor del sexenio que será la campaña presidencial 2018, con todos sus tiempos, sus prerrogativas y candidatos de diferentes partidos dejando reducida a TV Azteca y casi al margen a Olegario Vázquez Aldir, propietario de la nueva señal.
Adrián Arias, experto en telecomunicaciones, indicó que el apagón analógico se ha atrasado en México, principalmente por conflictos políticos, puesto que intervienen muchos intereses.
Recalcó que a raíz del apagón en Nuevo León y de conocer las cifras de las personas que se quedaron sin señal, los senadores comenzaron a hablar de mover la fecha del apagón por las personas que resultarán afectadas.
"Salió Lozano, salió Barbosa a dar sus propuestas, Barbosa propone postergarlo por seis meses, ya no terminar el apagón el 31 de diciembre, sino a mitad del año que viene; y Lozano tiene una propuesta muy polémica, que es aplazarlo todo el año y luego obtener un periodo de veda, donde la primera mitad del año no puedes entregar televisores por el tema electoral y luego que el Ifetel reparta decodificadores, el Ifetel no tiene presupuesto", agregó.
Dijo que los afectados con el apagón no sólo son los ciudadanos, sino también las televisoras públicas, por ejemplo, que no han hecho inversión para la transición de su señal análoga a digital.
Destacó que en comparación con el resto de los países de América Latina, México y Argentina son los más avanzados en televisión digital con una cobertura del 85 por ciento, pero es nuestro país el que tiene un plan más definido.
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